PROYECTO
Para integrar mi proyecto final, que consiste en un amigurumi tejido, analicé y apliqué de manera consciente la relación entre fibra, hilo, tejido y producto, ya que cada elemento influye directamente en el resultado final, tanto estética como funcionalmente.
1. Fibra:
Elegí fibras sintéticas (como el acrílico) o naturales (como el algodón), dependiendo del tipo de textura, resistencia y acabado que quería lograr. Por ejemplo, el algodón me dio un acabado más firme, ideal para mantener la forma del amigurumi, mientras que el acrílico aportó suavidad y una mayor variedad de colores a un costo más accesible.
2. Hilo:
La selección del hilo fue clave. Utilicé hilo de grosor medio para mantener un equilibrio entre facilidad de manejo y detalle en las formas. El hilo debía ser uniforme, resistente y sin pelusa para que las puntadas quedaran limpias y el relleno no se escapara entre los puntos.
3. Tejido:
La técnica de tejido fue el crochet en espiral, que permite dar forma tridimensional a cada parte del amigurumi (cabeza, cuerpo, extremidades). Se usaron puntos bajos para crear una estructura densa y compacta, que da firmeza al muñeco y mantiene el relleno en su lugar. Cada decisión en el tejido (aumentos, disminuciones, vueltas) fue pensada para lograr las proporciones correctas.
4. Producto final:
El resultado es un amigurumi con propósito decorativo y/o lúdico, que combina técnica, creatividad y expresión personal. Este proyecto no solo demuestra dominio del proceso textil artesanal, sino también el conocimiento técnico que lo respalda, desde la fibra hasta el producto terminado.